lunes, 18 de enero de 2016

Bloque 5. Creación Literaria


CREACIÓN EN PROSA

Edad de los receptores: 7/8 años.
Estrategia utilizada: Yo soy...

La creación de este texto en prosa sigue el ejemplo Yo soy, por el cual escogemos un objeto doméstico y lo personalizamos. Se trata de describir este objeto, contar su vida, sentimientos, vivencias. Siempre desde primera persona.

En este caso el objeto elegido será una cuchara de postre.

Hola, mi nombre es cucha y soy una pequeña cuchara de postre. Vivo en un cajón de una cocina, junto a muchas de mis hermanas cucharas y otros muchos amigos. Mis hermanas mayores son las cucharas soperas, son más grandes que yo y aunque sé que me quieren mucho, siempre se están metiendo conmigo y dándoselas de importantes. Eso me fastidia un poco, como si comer sopas o legumbres fuese más importante que comer postres. Eso dicen ellas con sus aires de superioridad, que alimentan más y que los postres no son necesarios. Pero a mi me encantan los postres, con sus sabores siempre cambiantes, tan dulces y deliciosos. Además, creo que hace mucho más feliz comer una tarta de chocolate que un potaje. Sobre todo a los niños. ¿Y qué hay mejor que hacer feliz a un niño?.

Algunos otros amigos que tengo son los tenedores, que siempre están de broma, enseñando sus dientes con esa sonrisa tan suya y pinchando a los demás para hacerlos rabiar y estallar después en risas. Los tenedores de postre son tan divertidos que hay días en los que me paso con ellos horas y horas riendo sin parar. Les encanta divertirse y gastar bromas a la gente. También están los cuchillos, que a veces refunfuñan un poco, pero en el fondo son buenas personas siempre dispuestas a ayudar con cualquier tarea. También hay grandes cucharones que se pasan el día durmiendo, esperando días y días a que se sirva alguna sopa, son tan aburridos que apenas me acerco a ellos. O la espumadera, siempre tan histérica, pero no me sorprende. Imaginaos que trabajo, siempre sacando cosas del aceite hirviendo. Muchos días me da un poco de pena e intento animarla, sé que ella lo agradece, aunque apenas encuentre consuelo.

Me gusta mucho visitar a mis abuelas, las cucharas de madera. Me cuentan muchas historias de cuando eran jóvenes y todo era muy diferente a como es ahora. Cuentan que en la cocina había mucho más movimiento, que se cocinaba más y que algunos días acababan exhaustas. Algunos días como me gustan las historias de miedo, me cuentan que la cocina hace muchos años era de fuego, era mucho más peligrosa que ahora y que a veces alguna cuchara llegó a quemarse. Mis abuelas se ríen de mis temores y siempre me cuentan la historia en la que una de ellas se hizo esa fea cicatriz negra detrás de la cabeza. Removiendo una olla de agua hirviendo llena de macarrones, de repente se soltó y cayó al fuego, pensó que ese sería su fin, pero por suerte la sacaron de allí a tiempo y solo le quedó esa mancha negra para siempre. A mi eso me pone los pelos de punta y doy gracias a que ahora ya no tengamos que sufrir esos peligros. Mis abuelas se ríen de mis temores, comentan que simplemente era diferente, eran otros tiempos.

La mayoría del tiempo lo paso con mis amigos, pero me gusta mucho mi trabajo. Servir postres y comidas, cada día diferentes. Probar nuevos sabores es tan emocionante. Lo que menos me gusta es cuando tengo que remover el café, es tan amargo ¡¡puag!! Sin embargo, adoro los postres y cuando me toca servirlos estoy encantada. Lo que más me gusta es la tarta de chocolate de los cumpleaños. El ambiente siempre es tan festivo, lo pasan todos tan bien y todo es tan dulce, que cuando vuelvo a casa estoy entusiasmada. Y también muy cansada, pero tan contenta que siempre agradezco el baño que me dan antes de poder irme a dormir para esperar un nuevo día lleno de sorpresas.

CREACIÓN EN VERSO

Edad de los receptores:  7/8 años.
Estrategia utilizada: Acrósticos

He utilizado el un acróstico, una composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o una locución. Cada verso debe estar compuesto por una oración cortita o grupo nomina y hay que intentar que cada una de ellas tenga relación con la palabra elegida, que la describa o la sugiera.

¿Quién soy?

Es un animal muy inteligente.
Los colmillos los tienen de marfil.
Es difícil para ellos caminar hacia atrás.
Familia es un concepto muy importante para ellos.
Andan despacio pero pueden correr muy rápido.
No pueden recordar todo, pero tienen una gran memoria.
Trompa se le llama a su larga nariz.
El pequeño ratón de campo se dice que les asusta.

Unas fotos del formato físico del libro:












CREACIÓN DRÁMATICA

Edad de los receptores:  8/9 años.
Estrategia utilizada: Hipótesis absurda

La hipótesis absurda trata de imaginar una posibilidad imposible o improbable, a esta hipótesis se le dará una solución y se inventará una historia alrededor de ella.

Hipótesis Absurda: ¿Qué pasaría si tus padres de repente fueran niños?
Personajes:  Alicia, padre de Alicia, Madre de Alicia y abuela de Alicia.

Alicia se despierta temprano el sábado por la mañana, como de costumbre camina somnolienta hacia la habitación de sus padres. Pero allí en lugar de encontrárselos durmiendo, se encuentra a un niño y una niña de su edad durmiendo en la cama y los despierta.

Alicia:¿Papá? ¿Mamá?

Padre: Hola.

Madre: Hola.

Alicia: Hola ¿Quienes sois?

Madre: Hola, yo soy Marta ¿Quién eres tu?

Alicia: Yo soy Alicia.

Padre: Yo soy Raúl. Y ¿qué haces aquí Alicia?

Alicia: Venía a buscar a mis padres, pero no están. ¿Qué hacéis vosotros aquí?

Padre: Estábamos durmiendo. Hasta que nos has despertado. - Refunfuña

Alicia: Perdonad, no quería despertaos.

Madre: No pasa nada, ya es hora de despertarse. Y ¿por qué buscas aquí a tus padres?

Alicia: Siempre duermen aquí. Qué raro que no estén.

Padre: Pues nosotros también dormimos aquí siempre, así que no creo que tus padres puedan dormir aquí también.

Alicia: Eso sí que es raro.

Se quedan los tres pensativos.

Alicia: Quizás vosotros seáis mis padres.

Padre: ¿En serio nos ves pinta de padres? - Pregunta extrañado

Alicia los mira con seriedad y decide que no tienen aspecto de padres, así que se echa a reír ante su ocurrencia contagiando a los dos niños con su risa.

Madre: Si quieres podemos ayudarte a buscarlos. - Dice cuando terminan de reirse.

Alicia: Genial. Miremos debajo de la cama.

Los tres se agachan para mirar debajo de la cama.

Padre: Aquí no están, no hay nada más que trastos inútiles.

Madre: Quizás se hayan escondido en el armario.

Abren cuidadosamente el armario.

Alicia: Aquí tampoco están, solo hay ropa grande y fea.

Madre: A mí no me parece tan fea.

Padre: Quizás hayan salido de la habitación, salgamos a buscarla.

Salen de la habitación y recorren toda la casa buscándolos sin encontrarlos y vuelven a la habitación.

Alicia: No están en ningún sitio ¿Dónde se habrán metido?

Madre: No te preocupes, ya volverán.

Alicia: No estoy preocupada, solo es que tengo hambre y no sé quien me va a hacer el desayuno.

Padre: Yo cuando tengo hambre me entretengo con algo y se me pasa.

Madre: Podemos leer un cuento. A lo mejor mientras leemos llegan tus padres.

Alicia: Puede ser buena idea. Tengo algunos muy divertidos

Un momento después entra la abuela en casa y ve a los tres niños leyendo y riendo sin preocupaciones.

Abuela: Pero bueno - Dice más para sí misma que para los niños - Otra vez cenasteis la sopa que os dejé después de media noche.

Abuela: ¡Hola niños! Vengo a preparaos el desayuno.

Alicia: ¡Abuelaaaa! Qué bien, con el hambre que tengo.

Padre, madre: ¡Yo también tengo mucha hambre!

Abuela: Venid conmigo. Os voy a preparar una sopa deliciosa.

Cuando la abuela prepara la sopa, los tres niños se la toman y se quedan dormidos. Al rato, Alicia vuelve a despertarse y camina somnolienta hacia la habitación de sus padres. Allí los encuentra dormidos y con varios de sus cuentos sobre la cabeza.

Alicia: Qué raro ¿Qué harán papá y mamá leyendo mis cuentos? ¡Papá! ¡Mamá! - Grita para despertarlos.

Padre: Buenos días pequeña - Dice bostezando

Madre: Buenos días Alicia. Vamos a prepararte el desayuno.

Alicia: Ya he desayunado. ¿Me leéis un cuento?

Padre: Claro pequeña. Ven aquí.

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